miércoles, 10 de octubre de 2007

Una nueva vida

He descubierto, desde que vivo con Amanda, un nuevo mundo, se me han abierto los ojos a una nueva realidad tan pasmosa como agradable.

A penas recuerdo mi vida anterior, ¿cómo podía sobrellevar el día a día? Diosss, que angustia me da sólo pensarlo. Ahora soy una persona nueva, una persona más féliz (por cierto, el otro día escuche en la radio un comentario que hizo Belén Rueda, que bien le sientan los años a la moza, mientras le hacían una entrevista sobre la nueva película que protagoniza. La mujer comentaba como de pequeña pensaba en la felicidad como algo que se tiene o no se tiene, que debía ser siempre, que se podía (o debía) ser feliz continuamente, era un estado; pero ahora, con los años, había descubierto que la felicidad se nos presenta en pequeñas píldoras, en pequeños momentos, más o menos largos. La felicidad nos va apareciendo a trozos. Estamos en un estado de normalidad y, de repente, porque pase algo o pensemos en algo, en ese preciso instante, somos felices. No se si me explico. Pienso que tiene mucha, mucha razón. Disfrutemos de nuestras pequeñas pildoras de felicidad)

A lo que iba, soy otro, soy mejor, soy lo más! Sí, al fin la he descubierto:

AHORA TENGO SECADORA!!!!!


Demos el premio novel al inventor del aparato. Tienes ropa sucia, ok! no problem; usa el programa corto de la lavadora (otro gran invento) y cuando saques tu ropa recién centrifugadita y húmeda: utiliza la secadora!! Y en poco tiempo la tendrás disponible de nuevo.

Tío, es que puedes dejarla funcionando mientras te vas a currar (no, aunque parezca mentira, no tienes que quedarte a su lado dándole animos mientras trabaja; incluso más, creo que la mía trabaja mejor en la intimidad. Aunque, a veces, me escondo para verla secar, una lagrima de emoción recorre mi rostro y a duras penas resisto el impulso de abrazarla, de reconocerle mi amor incondicional).

Me he convertido en un obseso de la limpieza, en un sibarita del secado. Me pongo ropa limpia unicamente pensando en que dentro de poco será secada de nuevo. Limpio los filtros de mi amada con fruición, vacío el agua del depósito con mucho cuidado, no quiero que sufra cuando se lo saco, primero la acaricio suavemente y le explico que lo hago por ella, que me duele infinitamente más a mi. Es una trabajadora incansable, me emociona su entrega, su delicadeza.

Estoy intentando ganar mucha más flexibilidad para conseguir dejar de usar las toallas cuando salgo de la ducha, quiero que ella me seque.

Joder, cada vez que lo pienso me pongo a llorar (cuando inventarán una secadora para las lagrimas?). Que bonito es vivir en el primer mundo!!!



La secadora es tu amiga, y yo su fiel sirviente.



Queda nada para el finde amigos! Qué bonito ha sido despertarse esta mañana con Apolónia a mi lado. ¿Y verla prepararse para ir a trabajar? Precioso troncos, precioso. Una alegría!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lo que pasa en el primer mundo; nos venden la moto de que, una secadora y, por supuesto, de una marca en concreto, mejorará nuestra "calidad de vida".A los publicistas...mérito no les falta!!.
Yo me he quedado con la idea
( que nos es poco) y tengo una de esas en casa.Ahora no recuerdo su marca porque, ya sabes, lo importante no es el envoltorio, mal que les pese a los publicistas...

crápula dijo...

Tienes razón, nos intentan vender nuevas pseudonecesidades que se convierten en imprescindibles, importantes de satisfacer.

Pero si que es verdad que nos hacen la vida más fácil, con toda esta nueva tecnología tenemos más tiempo para ... trabajar (que jodienda!)

Aunque, he de admitir que el envoltorio (a veces) si que es importante (incluso muy importante), cada uno se compra la secadora que más le pega, la que queda mejor con la lavadora ...