jueves, 18 de octubre de 2007

De pañuelos y cruces anda el juego

Entraba yo el otro día en mi casa a eso de las mil y una y me encontre a mi compañera viendo la tele, pero la cajita no emitía tiros, ni explosiones, ni médicos forenses la mar de guapos y guapas encontrando pelos en lugares inverosímiles (los cuales les informarían, a parte de quién es el asesino/a, de cual es el tiempo de las Bermudas y a como se cotiza el Yen), no, emitía una suerte de entrevista multitudinaria a un personaje político famoso (en aquel momento, Duran i Lleida, el político, a mi entender, con más clase vistiendo).

Mas que una entrevista era una suerte de acoso de una multitud hacia el pobre hombre.

La cuestión es que, cuando me senté a la mesa con mi plato de huevos fritos con chorizo (gracias Casandra por esos chorizos de tu pueblo, sí, todavía me quedaba alguno. Me encantan esas raciones de colesterol alto después de machacarme en el curro. No es muy sano, pero como todo en la vida: de vez en cuando no hace daño) estaba hablando una mujer que, a pesar de tener pelo, llevaba un pañuelo atado a la cabeza.

La idea es que la mujer decía que si las niñas islámicas querían ir con el velo ese al cole o donde les diese la gana, pues que deberían poder hacerlo. Nuestro político le soltó, así, a pelo, y por la tele, lo que todos pensamos: "Oye, que nosotros les respetamos y tal, pero que si vienen a nuestro país con nuestra cultura, pues se tienen que adaptar a ella, y que si no les gusta que ya saben: la puerta está abierta para entrar, pero también para salir" El señor ese ahí, tan tranquilo, como si estuviera entre colegas, diciendole a la pobre mujer que si creía que eso era obligar a las mujeres a llevar algo que no querían, que si las degradaba como parte de la sociedad, obligandolas a un segundo puesto, que si tal, que si cual. Vamos, que le decía que en su casa hiciese lo que le diera la gana, pero que en la calle no. Y la mujer diciendo que con eso no encontraban curro, que si no sequé; joder tronca, pues ya sabes; tienes dos opciones; que no se puede tener todo en la vida!

Joder con el tío. Hombre, creo que es una opinión válida, que la mayoría compartimos (no nos olvidemos de que si yo fuera mujer y me fuese para cualquier país islámico no me dejarían vestir como me diese la gana) pero lo que si es verdad es que ese pañuelo no le hace daño a nadie.

Propongo que cada uno se cuelgue lo que le de la real gana, oyes, que si yo quiero ir con un mega crucufijo con señor incluido de un metro, pues lo llevo, que si otro se quiere colgar una remolacha, que lo haga; que si alguién quiere llevar un pañuelo en la cabeza, ¿quién soy yo para prohibírselo? Allá cada uno con lo que haga, se ponga y/o cuelgue.

Dejémonos de tonterías y preocupémonos de las cosas realmente importantes como que todos podamos comer, que todos los niños puedan ir al cole y que cada uno tenga acceso a un trabajo y vivienda digna.

Vive y deja vivir colega.

Fluye amigo mio, fluye.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy contigo con eso de "vive y deja vivir"... Nunca he entendido porqué tanto revuelo con el dichoso pañuelo. Es que si ya nos metemos en cómo viste la gente...¿en qué mundo vivimos? Abogo por la libertad y por la tolerancia. No solamente aquí, allí también!!!!!(eso de que una turista tenga que taparse allí hasta las orejas...pues oye, eso tampoco es..., no?

Dave NeWaza dijo...

Lo que pasa es que hay que agitar los pañuelos por otras cosas: el precio de la leche, el pan o los pisos.

Eso es lo que importa: que trabajas como un descosido para nada.